
Sentir la rabia, golpear, chillar, morder.
Si ya ni sientes nada en tu interior,
me has echo ser en algunas cosas más fuerte
y en otras más débil,
ahora se cómo atacar a traición,
cómo hacer enfurecer al oponente,
¿ignorar, callar, escuchar? Lo siento, pero no.
No pienso quedarme sentada
y escuchando tus palabras absurdas y sin sentido.
Estoy harta y cansada de aguantar,
aguantar tus gritos, tus insultos
y tus amenazas de niño pequeño,
u manera de hacerte el prepotente y víctima,
estoy harta de que me utilices, diciéndome, haz esto y aquello,
no soy la criada de nadie y mucho menos la tuya.
No aprecias lo que tienes hasta que lo pierdes, o eso mismo dicen,
dudo que me llegues a apreciar y a valorar nunca.
La verdad es que si me fijo,
nunca te has interesado por mi persona,
por mi manera de pensar o actuar,
y me doy vergüenza cuándo he llegado a pensar que quería ser cómo tú,
porqué no, porqué no soy cómo tú ni cómo nadie.
Nunca me has preguntado por nada,
tan sólo te has limitado a ver mis errores y a destacar-los siempre,
no has visto nunca, o si lo has echo, lo has ignorado,
ningún punto a favor mío.
Me gustaría pensar que tengo tu apoyo en mi camino,
pero no, porqué, no hago lo que a mi me da la gana,
hago más bien, lo que a TI te da la gana,
pero esto se acabó, en casi dieciséis años,
me ha costado, pero he conseguido confiar en mi misma.